ENVÍOS GRATIS a partir de 200€

Cart

Carlos Sánchez Viticultor

Ver como Parrilla Lista

5 artículos

2 3 4
por página
Ver como Parrilla Lista

5 artículos

2 3 4
por página

 

Carlos Sánchez Viticultor y Bodeguero

Carlos Sánchez es un viticultor y micro bodeguero inquieto, explorador por naturaleza de nuevas viñas donde poder hacer vino. Se inició en Madrid, en la Sierra de Gredos como enólogo en la cooperativa de Méntrida. Justo al lado se instalaron los hermanos Jiménez Landi, Comando G y 4 Monos Viticultores, con nuevas propuestas para vinificar las variedades históricas de la zona, garnacha y albillo real. 

Carlos Sánchez comenzó allí a elaborar Las Bacantes, en dos versiones: un blanco de albillo y un tinto de garnacha. Sin embargo, la idea que tenía era elaborar un vino en La Rioja, el lugar donde veraneaba con su familia y del que quedó prendado: el corazón de la Sonsierra, en el entorno de San Vicente y Labastida.

Posteriormente, Carlos Sánchez junto con Javier García de 4 Monos Viticultores y Nacho Jiménez puso en marcha el proyecto de 3 Viñerones, donde en régimen de alquiler vinifica pequeñas producciones y elaboran Sedal 2020 y La Esquirla del Bardallo 2016.

Desde 2020, Carlos Sánchez trabaja también en solitario su proyecto más personal, en las instalaciones de la cooperativa de Labastida con sus propios vinos de viejos viñedos alquilados y de una pequeña parcela en propiedad de San Vicente. Ahí elabora cuatro vinos: Bienlarmè-Lágrimas Bellas 2019, Buradón Garnacha 2020, Buradòn Viura 2020 y La Bendecida 2019.

Vinos que elabora Carlos Sánchez

Las Bacantes

Las Bacantes lo conforman un tinto elaborado con garnacha y un blanco con albillo real. Estos dos vinos están muy alejados de los perfiles riojanos. En sus propias palabras: "Es una zona totalmente distinta, a casi 800 metros de altitud y de suelos de granito, con vinos de pH muy bajo."

En el caso del tinto, Carlos Sánchez elabora una garnacha fresca, mineral, más vertical y algo más diluidas. Los niveles de alcohol se mantienen alrededor de los 13º, lo que lo hace un vino mucho más accesible.

Como viticultor, Carlos Sánchez tiene una orientación más relacionada a Borgoña que a Burdeos, es decir, elaborar vinos frescos que reflejan la identidad de los pueblos locales y de cada parcela. 

Desde ese punto de vista, Carlos Sánchez pasará luego a elaborar Sedal 2020 y La Esquirla del Bardallo 2016 en La Rioja, en dos parcelas de San Vicente junto a Javier García de la bodega 4 Monos y a Nacho Jiménez.

Sedal 2020

Es tinto elaborado con 85% tempranillo, 10% garnacha y 5% de viura, uvas procedentes de una parcela en el paraje de Larrad en San Vicente de la Sonsierra de suelos arcillo-calcáreos. Fermenta con levaduras autóctonas, se hace un despalillado parcial y luego una crianza de 9 meses en tino de madera. 

Es un vino que marca todo el carácter de San Vicente de la Sonsierra en un perfil más accesible que su hermano mayor La Esquirla del Bardallo 2016.

Carlos Sánchez lo define en sus propias palabras: «Es un vino como a mí me gusta. Lo que hacemos es vendimiar temprano para obtener frescura y que sea fácil de beber». «No es un vino de maceración carbónica, pero sí un vino con el que queremos recordar esas elaboraciones de trago largo y graduación limitada que se solían beber en la zona».

La Esquirla del Bardallo

La Esquirla del Bardallo, proveniente de una pequeña parcela que arrendó a Luis, un hermano de Maite, la mujer de Abel Mendoza. Es un vino con más estructura que Sedal 2020, procedente de una sola parcela de San Vicente de la Sonsierra cultivada en biodinámica, en el paraje conocido como Bardallo en suelos calizos. 

La Esquirla del Bardallo se elabora con tempranillo y un toque de viura, donde parte de la vendimia se despalilla y otra parte se deja con raspón. Fermenta en depósitos de fibra y tienen una crianza de 18 meses sobre lías finas en barricas usadas de roble francés de diferentes capacidades. Es un vino que muestra frescura y la expresión calcárea de una gran viña.

Por último, tenemos los cuatro vinos de su proyecto más personal en Labastida:

Bienlarmè-Lágrimas Bellas 2019

Bienlarmè-Lágrimas Bellas 2019, es un vino procedente de San Vicente, un vino “de pueblo” elaborado principalmente con tempranillo y garnacha. Las uvas proceden de suelos de areniscas calcáreas y arcilla. Fermenta en depósito de inox abierto y maceración de un mes. Realiza maloláctica en barricas borgoñonas. Crianza de 13 meses con sus lías finas. Sin estabilizar, ni filtrar

Bienlarmè-Lágrimas Bellas 2019 es un vino fresco, elegante y muy equilibrado. Tiene una complejidad aromática que sorprende para ser de entrada de gama. Producción de 1.800 botellas.

Buradòn Garnacha 2020

Carlos Sánchez también elabora otro vino tinto, Buradòn Garnacha 2020, un varietal de garnacha del paraje de La Rad en San Vicente sobre suelos arcillo calcáreo, pero pedregoso en superficie. La uva fermenta y se macera durante un mes para luego tener una crianza en fudres de 600 y barrica de 500 litros. Es un vino sin filtrar ni estabilizar.

Buradòn Garnacha 2020 es un tinto elegante, mineral, con aroma a flores que lo hacen muy fresco y fácil de beber. Se puede disfrutar de inmediato.

Buradòn Viura 2020

Siguiendo con el nombre de Buradòn, Carlos Sánchez elabora un blanco llamado Buradòn Viura 2020 con uva 100% viura procedente de la Parcela en Los Terreros, en San Vicente de la Sonsierra sobre suelos blancos calcáreos a pie de monte pinar. La uva macera con pieles durante 24 horas y luego fermenta en barricas. Crianza de 10 meses sobre lías. 

Buradòn Viura 2020 es un blanco mineral, complejo y muy gastronómico. Recuerda a los grandes blancos de Rioja.

La Bendecida 2019

Finalmente, como cuarto vino del proyecto más personal de Carlos Sánchez en La Rioja, La Bendecida 2019, un tinto elaborado principalmente con tempranillo y viura de una parcela en vaso de 0,2 hectáreas en San Vicente de la Sonsierra, paraje Valseca. Viticultura biodinámica en suelo calcáreo-limoso.

La Bendecida 2019 fermenta de manera espontánea en depósito abierto, sin despalillar, maceración de un mes y luego tienen una crianza de 15 meses en barrica usada con sus lías finas. La Bendecida 2019 se embotella sin filtrar ni estabilizar. Es un tinto fresco, elegante y vibrante.